Los sitios web de universidades han sufrido una mutación tan grande como la de la propia Internet… o al menos deberían haber mutado.
El grueso de las universidades chilenas van atrasadas en relación a las últimas tendencias de diseño, experiencia de usuario, arquitectura de la información y soluciones técnicas. Esto se da, en parte, porque son proyectos web en los que el exceso de contenido o la necesidad de llenar interminables portadas, portadillas o páginas con todo lo que pueda resultar remotamente relevante para cualquier usuario posible, ha maniatado a quienes toman las decisiones de comunicaciones y marketing.
Todavía vemos sitios web con una homepage donde el exceso de información impide que un contenido destaque por sobre otro; páginas donde el diseño va atrasado en 10 años según las tendencias gráficas o donde ni siquiera se puede pensar en una web responsiva porque no habría forma de modificar las estructuras mostrando un 30% de lo que actualmente presentan.
Todas quieren ser Harvard, pero al corto andar, se dan cuenta de que su realidad es tan compleja que la meta se vuelve lejana e inalcanzable. La buena noticia es que se puede en la medida que quienes estén a cargo del proceso entiendan las claves de llevar a cabo un proyecto web para una Universidad.
1. Levantar la cabeza
Uno de los errores clásicos es que tienden a mirarse el ombligo sin considerar los públicos externos. El sitio se vuelve difícil de consumir, con mucha información y de poco valor para un potencial estudiante. En cambio tienden a ser un reflejo de la comunicación interna de la universidad, buscando darle igual espacio a todas las áreas. Así, terminan presentando contenidos que no tienen absolutamente ninguna relevancia para quien quiere enterarse de manera simple y rápida de las alternativas académicas, el proceso de admisión, lo que diferencia a esa casa de estudios o qué ofrecen en términos de postgrado, por ejemplo.
2. Comunicación y venta
Es necesario hacer una separación entre el sitio principal de la universidad y aquellas páginas que están orientadas a venta, ya que éstas últimas tienen lógicas de consumo distintas. Por ejemplo, lo que debe vestir al sitio madre de la universidad es el prestigio, calidad de profesores, diferenciación y qué está pasando (vida universitaria, investigación, etc). Estos elementos no son iguales en un sitio orientado a la conversión, como pueden ser los enfocados a la venta de postgrado o educación corporativa.
3. Flexibilidad
Cuando pensamos en un rediseño, se tiende a apuntar a la mayor similitud, control y consistencia entre los distintos sitios que conforman la red de websites de la universidad. Pero ojo: por temas comunicacionales y políticos, será virtualmente imposible la solución tipo “one size fits all” para facultades, centros y/o departamentos. Deberemos evitar soluciones obligadas que no contemplen estas diferencias ya que cada una de estas áreas tienen necesidades comunicacionales y técnicas distintas que solamente los dejarán de manos atadas si no son atendidas.
Quienes internamente lleven a cabo el proyecto deberán entender que se necesitan grados de flexibilidad importante.
4. ¡Normar, normar, normar!
Puede sonar como una contradicción con el punto anterior, pero finalmente es uno de los elementos más importantes para no perder la cabeza ni generar un problema interno que tendremos que lamentar.
Otro de los desafíos y cambios que han debido enfrentar las universidades es que cuando las facultades se dieron cuenta que también podían diseñar su propio medio de comunicación, se comenzó a requerir de una administración central que definiera pautas de construcción, uso y diseño para que se preservara una coherencia entre los distintos proyectos y el de la web central.
Aquí se vuelve crítico crear normativas de orden gráfico, técnico y editorial, que si bien permiten flexibilidad, enmarcan el campo de acción, estableciendo el orden y la consistencia que queremos lograr.
5. Medición
Métricas y constante cambio. Las universidades también se ha enfrentado a tener que adaptar sus plataformas constantemente debido a la información recopilada de las métricas y analítica.
Esta es una práctica necesaria que pocas logran llevar a cabo con éxito y es común ver que no existe la más mínima variación en sus sitios web en años.
Poner atención a las métricas y analítica del sitio web de manera permanente y en tiempo real nos permite tomar decisiones en base a datos concretos, confiables, exactos y recientes.